“No sabía si estaba vivo”: un niño ex soldado se reúne con su familia en Sudán del Sur

19.000 niños han sido reclutados por grupos armados desde el comienzo del conflicto.

Por Simon Crittle
Un grupo de niños en Sudán del Sur
UNICEF South Sudan/2017/Hatcher-Moore
25 Mayo 2018

Un niño fue rescatado por trabajadores humanitarios después de ser obligado a luchar con un grupo armado en Sudán del Sur. Después, la búsqueda de su familia comenzó.

BENTIU, Sudán del Sur, 18 de mayo de 2018 – El niño* se siente casi a salvo. Ha sustituido el uniforme que ha llevado durante los últimos tres años por unos pantalones tejanos y una camiseta de fútbol naranja claro. Se bajó del helicóptero y, aturdido, tratando de asimilar la conmoción.

Unos trabajadores humanitarios lo rescataron el año pasado de un puesto de avanzada militar y Franka David, Oficial de protección de UNICEF, se está encargando de atenderlo. David lo llevará a una familia de acogida en la que se quedará hasta que localicen a sus familiares, en caso de que sigan vivos.

David asegura que el niño, que era callado y tímido, mostraba síntomas de trauma. “Sigue cansado y tiene hambre”. Está a punto de tomar la primera comida casera en muchos años. El hecho de que haya sobrevivido durante tanto tiempo en un campo de batalla calcinado es un milagro.

Un grupo de niños ex-soldado en una ceremonia para conmemorar el reintegro a la vida civil
UNICEF/UN0209624/Chol
El 17 de mayo de 2018 en Pibor, Sudán del Sur, 210 niños fueron liberados formalmente de los grupos armados. Durante la ceremonia, los niños fueron formalmente desarmados y provistos de ropas civiles. Se llevarán a cabo exámenes médicos y recibirán asesoramiento y apoyo psicosocial como parte del programa de reintegración. Esta fue la tercera ceremonia de este tipo este año, con un total de más de 800 niños liberados en 2018.
Niños obligados a unirse a grupos armados

El niño es una prueba de los horrores cometidos en Bentiu, capital de un estado del norte de Sudán del Sur, una zona de producción de petróleo y escenario de los peores conflictos desde que la guerra civil comenzara en 2013.

El reclutamiento militar es uno de los mayores peligros a los que se enfrentan los niños en el país. Se estima que unos 19.000 niños han sido reclutados por grupos armados donde reciben maltratos sistemáticamente.

“Trabajan demasiado y pasan la noche caminando por el bosque”, asegura David. “Si les entra sueño, los soldados los obligan a recoger agua y cocinar. Si se sienten cansados, los castigan. Por eso, la mayoría de ellos están asustados. Les pegan, no hay comida. Si se ponen enfermos, nadie los cuida. No tienen ropa, no reciben educación”.

Durante los últimos cuatro años, UNICEF ha supervisado la desmovilización de 2.500 niños de grupos armados en todo el país y los ha ayudado a regresar a sus familias y comunidades.

Chozas en un campamento en Bentiu, Sudán del Sur
UNICEF South Sudan/2017/Hatcher-Moore
Niños caminan en medio de chozas improvisadas en el sitio de Protección de civiles en Bentiu, Sudán del Sur. El campamento, originalmente destinado como un lugar temporal de refugio para aquellos que buscan la violencia, es ahora el hogar de más de 112.000 personas.
Desplazamientos en masa

Reunir a los niños con sus familias resulta más complicado por los desplazamientos masivos que se producen a causa del conflicto. En Bentiu y en sus alrededores, el derramamiento de sangre ha llevado a miles de personas desde sus hogares hasta el santuario de un enorme campamento protegido por un alambre de púas y por los responsables del mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.

El emplazamiento de protección de civiles, que consiste en apenas un kilómetro cuadrado de tierra roja situado en una llanura árida abrasada por el calor, acoge a más de 112.000 personas. Una gruesa capa de polvo se convierte en barro profundo con el ir y venir de las estaciones. Los refugios están dispuestos en largas filas separadas por caminos de tierra y canales de desagüe.

A un kilómetro del emplazamiento, las fuerzas del gobierno y de la oposición se han intercambiado el control de la población de Bentiu varias veces durante el conflicto. Los soldados patrullan unas calles en las que reina la tensión; los edificios están marcados por los agujeros de las balas y los tanques esperan silenciosos en ubicaciones estratégicas.

UNICEF trabaja tanto dentro como fuera del emplazamiento para contribuir a la reunificación familiar y proporcionar apoyo psicosocial. “Cuando hay un conflicto, los niños se separan y quedan expuestos al peligro, más vulnerables que nunca”, asegura David. “Los niños tienen derecho a estar en casa y recibir atención adecuada”.

 

Un niño con una mochila abierta, Sudán del Sur
UNICEF South Sudan/2017/Kealey
Un niño ex soldado en el sitio de Protección de civiles en Bentiu, Sudán del Sur.
Una familia reunida

El niño de la pista de aterrizaje tan solo ha pasado una noche con la familia de acogida cuando sus familiares fueron localizados. Su tío, que ayudó a criar al niño después de la muerte de su padre unos años antes, vive en el emplazamiento de protección de civiles con los cuatro hermanos del niño.

El niño se ha enterado de que su madre ha muerto hace unos meses, poco después de dar a luz. Su tía, que también está en el campamento, se está ocupando de amamantar y cuidar al bebé.

El tío rebosa de alegría con el regreso del niño. “No sabía si estaría vivo”, dice. Explica que el niño desapareció hace tres años, cuando abandonó el emplazamiento con unos amigos por la noche para caminar hasta la ciudad de Bentiu. La familia lo buscó, pero no encontró ni rastro de él. Una unidad militar lo había capturado.

El niño tímido supo que por fin estaba a salvo. David le dio ropa para cambiarse y una mochila azul de UNICEF que contenía libros y lápices. Los trabajadores sociales continuarán visitándolo regularmente a él y a su familia para asegurarse de que recibe el apoyo psicosocial y educativo que necesita.

No obstante, sigue sin conocerse la historia completa del tiempo que pasó con el ejército y las consecuencias que esa experiencia tendrá a largo plazo.


Desde el comienzo del conflicto en 2013, UNICEF ha ayudado a liberar de grupos armados a más de 2.600 niños y ha apoyado su reintegración. Con la ayuda de sus aliados, UNICEF ayuda a rastrear y reunir a los niños con sus familias, brinda apoyo psicosocial, acceso a la educación y capacitación vocacional y oportunidades económicas para los niños liberados. En áreas específicas donde se conoce el reclutamiento de niños, UNICEF trabaja para garantizar que las comunidades tengan acceso a agua potable durante todo el año para reducir el movimiento de la población, ya que la migración estacional influye en el acceso a la educación y a menudo contribuye al conflicto intercomunitario.

En 2018, más de 800 niños han sido liberados de grupos armados en Sudán del Sur, incluidos 210 que fueron liberados en Pibor el 17 de mayo.

* no se ha revelado el nombre para proteger la identidad