En busca de un refugio seguro
Mientras las familias siguen migrando desde el norte de Centroamérica y México, UNICEF ayuda a proteger a los niños en el camino y a abordar las razones que los obligaron a huir
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Violencia de pandillas. Delincuencia organizada. Pobreza extrema. Todo ello forma parte de la vida cotidiana de millones de niños del norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) y México. Mientras las familias toman la difícil decisión de empacar sus vidas y marcharse en automóvil, en camiones abiertos o a pie, es fundamental recordar que todos tienen algo en común: también son humanos. Solo que son humanos necesitados.
Tristemente, muchas de las familias que tratan de escapar de situaciones desesperadas sufren nuevos traumas en las rutas migratorias, que pueden convertirse en largas e inciertas travesías en las que se enfrentan al peligro de la explotación, la violencia y los abusos. Por el camino o al llegar a su destino, a muchos los arrestarán, los detendrán y les harán regresar a los mismos problemas (o peores) que los obligaron a marcharse.
Existen medidas de eficacia demostrada, como la creación de espacios seguros y oportunidades educativas, recreativas y profesionales, que ayudan a los niños en tránsito y abordan algunas de las causas de la migración irregular. Mientras UNICEF trabaja con gobiernos y consulados para mitigar las circunstancias que obligan a las familias a dejar sus hogares en busca de seguridad y estabilidad, también trata de proteger a los niños en el camino.
(Arriba) Una madre baña a su hijo mientras espera un visado humanitario por la vía rápida en la frontera de México con Guatemala, en Ciudad Hidalgo, México. Aunque en México existen cada vez más medidas para salvaguardar los derechos de los niños (como el visado que permite a los migrantes quedarse en México, trabajar y acceder a servicios sociales), sigue habiendo dificultades. Las autoridades mexicanas detuvieron a unos 68.000 niños entre 2016 y abril de 2018, 91% de los cuales fueron deportados a Centroamérica.
“Luchamos por nuestras hijas y su futuro”.
"Siento que nunca he tenido la oportunidad de hacer realidad mis sueños".